¿Quién soy?
Soy Marcelo Graña. Comelón. Romántico. Exagerado. Bon vivant (sin el dinero para serlo). Lector. Cinéfilo (aunque los verdaderos cinéfilos nunca usan esa palabra). Bueno en mucho, excelente en poco. Escribo porque es lo único que de verdad disfruto. A los 11 años robaba libros prohibidos (y luego los devolvía). Hay dos cosas por las que mataría: un buen tres leches y el puré de papa amarilla. No hay traducción para “overthinker”. Una vez le dije a mi novia Sofía que mi café favorito es el latte frío de Starbucks; casi deja de ser mi novia. Odio la cebolla cruda (pero adoro la encurtida). Mi domingo perfecto es una parrillada en familia. Lloro en todas las películas de Pixar. He tenido cinco ataques de pánico en mi vida (los que recuerdo bien). No sé si creo en Dios. Tengo estrías en varias partes del cuerpo. Tengo hernias, demasiadas. De chico, tocaba la flauta transversal (¿Por qué? No tengo idea.) Siempre pido los ravioles en un restaurante italiano. Sé mucho de geografía, lenguajes y culturas. Paso muchas horas viendo videos en Youtube. Le tengo miedo al fracaso (y al éxito aún más).
¿Qué es Entre Historias?
Acá escribo lo que pienso cuando estoy entre libros, es decir, las historias entre las historias (y las historias mismas). Aunque toma la literatura como tema central, admito que siempre termino escribiendo de otros temas: el cine, la música, la gratitud, la comida, el amor, la memoria. Mi novia Sofi dice que le puedo hablar a una pared por horas y nunca aburrirme. Creo que tiene razón. Eso es lo que hacemos los escritores, al final; le hablamos a la pared, al abismo, a ver si alguien responde. Si decides suscribirte, gracias por ser mi pared. Espero que disfrutes de estos correos casi tanto como yo disfruto escribirlos.
¿Marcelo, esto es gratis?
Por ahora sí, pero si me quieres invitar un café lo acepto con gusto.
¿Por qué suscribirte?
No lo sé. Si te gusta leer, quizás sea lo tuyo. Sobretodo los textos cortos y sobretodo los domingos. También si me quieres apoyar porque te caigo de puta madre, eso siempre vale.
